¡Hola! Me llamo Mari Carmen Conde y esta es mi historia.
Deseo de corazón que te ayude y te inspire...
Si hubiera nacido en la era actual, seguramente me hubieran diagnosticado de déficit de atención o dificultades de aprendizaje. ¿Por qué? Era la típica “niña buena”, responsable, que "se porataba bien". Pero sacaba muy buenas notas no porque fuera “lista” sino por un valor que me acompaña desde que nací, la PERSEVERANCIA.
Desde pequeña mis padres me dijeron que en la vida conseguiría todo aquello que me propusiera, con trabajo y esfuerzo. Y así lo hacía... Pero nunca olvidaré una situación, en bachillerato repetí de curso. Recuerdo a mi profesora de inglés decir que tenía un nivel muy bajo y que no podía pasar de curso.
Ahí fue la primera vez que sentí, creo recordar, que las clases y los exámenes estaban hechos para los “listos” no para los empollones. Me creí que no se me daba bien el inglés y crecí con eso.
Diez años después , el 12 de enero de 2012, emprendí mi viaje a Londres, que duraría tres años. A la aventura, sin trabajo, sin casa y, por supuesto, sin saber inglés, pero con mucha ilusión, seguridad en mí misma y confianza en la vida. A los pocos días empecé a trabajar en un restaurante. Recuerdo que me escribía en una servilleta lo que le tenía que decir a los clientes en inglés y lo revisaba en la cocina antes de salir. Trabajaba horas y horas, pero me sentía feliz de conseguir una vez más lo que me había propuesto.
A los nueve meses comencé a trabajar en una Escuela Infantil, posteriormente cuidando a un niño de 18 meses, Henry. Al año y medio ya estaba en un colegio trabajando como Teaching Assistant en un aula ordinaria con una niña con autismo. A los dos años y medio tenía mi puesto de trabajo como Teacher en uno de los mejores Centros Específicos de la zona de Londres.
Esta experiencia me hizo, en 2015, conseguir mi plaza como funcionaria maestra funcionaria de PT (Pedagogía Terapeútica) en tan solo dos meses, quedando la primera de mi tribunal. Muy orgullosa de mi misma, abandoné el país que creyó y confió en mí y volví a mi ciudad natal, Málaga. Sin a penas creerlo, comencé a trabajar en la Escuela Pública, ¡ya estaba dentro! En los días posteriores recibía mensajes del tipo: “Te ha tocado la lotería"; "Vaya suerte has tenido"; " Ahora, a vivir la vida". Especialmente los PTs, ¿verdad?
